Como ya hemos comentado en anteriores entradas, la Comisión Internacional de los museos, ICOM, celebra cada año el Día Internacional de los Museos el 18 de mayo. Desde el museo, y siempre comprometidos con el patrimonio, realizamos una actividad adaptada al lema propuesto por el ICOM para cada ocasión. Este año ha sido "Museos hiperconectados. Enfoques nuevos, públicos nuevos", y desde el museo hemos lanzado el lema "Bitrir, un pasado que nos suena y nos conecta", queriendo enfatizar la hiperconexión mencionada por el ICOM a través de la tarija o pequeño tambor del siglo X.
La actividad la realizamos el pasado domingo día 17, y en ella se vivió una auténtica conexión cultural y temporal con nuestro pasado medieval islámico. Se realizaron tres acciones además de la visita guiada a la exposición "Con la A de Bitrir", para atender a un público diverso. Los más pequeños pudieron divertirse aprendiendo mientras fabricaban su propia tarija, decorándola inspirándose en la original y que estaba expuesta en la sala multifuncional del antiguo Museu Dámaso Navarro. A su vez, cada uno de estos pequeños tambores se iba a casa de cada niña y niño con un código QR, que daba acceso a la virtualización en 3D de la pieza original, para hacer llegar el museo a sus hogares y compartir la experiencia con sus familiares y amigos de forma interactiva.
Otro de los puntos fuertes fue la presentación de la virtualización 3D de la tarija, que a través de redes sociales y este blog, fue posible hacerla llegar a cualquier punto del planeta con conexión a internet. Además de interactuar con el modelo 3D y poder contemplarlo por todos sus ángulos, se acompañaba de una breve descripción e información histórica que ayuda a saber más sobre nuestro pasado. Por último, se pudo ver en directo el funcionamiento de una impresora 3D realizando una reproducción a escala de la tarija. Con ello, conseguimos conectar con todo el público adulto y adolescente más relacionado con las nuevas tecnologías. Y lo que sorprendió a los visitantes, fue la réplica a escala 1:1 de este instrumento musical, que además de haber sido impresa en 3D con una precisión milimétrica, fue pintada y tratada para dar la sensación de tener un objeto cerámico en las manos. Este elemento de accesibilidad, realizado junto a la virtualización por nuestro compañero Ismael Carratalá, consiguió hacer traspasar el cristal de la vitrina y tener la historia en nuestras manos.
Sin duda, fue una experiencia muy gratificante marcada por una gran afluencia de personas, unas 150 entre menores y adultos, muy interesadas en aprender y disfrutar con nuestro legado cultural, que hizo que acabásemos con todas las existencias de tarijas que habíamos preparado para los más pequeños y también con las mochilas que regalábamos por cortesía de la Dirección General de Cultura y Patrimonio.
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