Tras la toma de la fotografía, bajamos al cuarto oscuro o cuarto de revelado, que hemos acondicionado en la sala de lavado del museo. Con la luz roja y sin que haya un hilo de luz, abrimos nuestro bote de Nesquik para extraer el papel fotográfico donde está plasmada la imagen tomada. La misma la introducimos en el líquido de revelado durante un minuto y medio aproximadamente, y como por arte de magia va apareciendo una imagen borrosa que poco a poco se hace nítida. Enseguida se saca de la primera cubeta y se sumerge en el líquido de paro y, tras unos segundos, se coloca en la cubeta del líquido fijador. El resultado es el negativo en forma circular de la imagen fotografiada.
Tras secar el negativo, y a falta de una ampliadora, lo escaneamos y, utilizando un programa de retoque informático, le damos la opción de invertir y... OBTENEMOS LA FOTO EN BLANCO Y NEGRO. Si quieres hacer tu propia foto, ven el domingo 20 de mayo, a partir de las 11 h, al Museo Dámaso Navarro. Te esperamos.
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