Desde hace un tiempo venimos observando cómo el entorno del castillo se muestra sucio por bolsas de comida, latas, botellas, etc. dejadas por visitantes al castillo, no tanto por turistas que vienen a visitar nuestro monumento más emblemático, sino por jóvenes vecinos y vecinas que, sobre todo por la tarde-noche, aprovechan la privilegiada posición de la fortaleza como lugar de reunión y cena, dejando los restos diseminados por la muralla y la zona ajardinada, haciendo poco o ningún uso de las papeleras. Como ejemplo ponemos algunas fotos tomadas en las últimas semanas.
La limpieza del cerro del castillo se realiza con regularidad por parte del Ayuntamiento, pero este tema debe ir más allá y formar parte de nuestra conciencia cívica y de convivencia, ya que los espacios públicos son para uso y disfrute de todos los ciudadanos, y resulta frustrante que al acompañar a los turistas a visitar el castillo y las casas-cueva de la muralla, nos encontremos con estos desperdicios en la propia puerta de los monumentos.
Por ello, desde el Museo Dámaso Navarro queremos hacer un llamamiento para que todos cuidemos un patrimonio que es nuestra mejor seña de identidad.
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